Removiendo cajas el otro día en casa de mis padres vio la luz la primera “novela gráfica” que me compré -que, en definitiva, no era más que un tebeo de toda la vida con tapa dura y diez veces más caro (más o menos lo que hoy es una edición Absolute, aunque esta edición era más “respetuosa” con la original norteamericana)- allá por el ya lejano año del señor de 1988 y no pude resistirme a una relectura nostálgica, más si cabe, teniendo en cuenta que el siempre inquieto Grant Morrison está retomando con muchas licencias, eso sí respecto a la historia narrada por Barr, la espinosa cuestión de la paternidad de Batman como ya les comenté por aquí(o lo estaba, porque a los siempre astutos amigos de Planeta si no les bastaba con reunir Batman y Detective bajo un mismo título para aprovechar el tirón del tandem Morrison-Kubert tras cuatro números interrumpen la publicación para meter de tapadillo otro material) que, en su momento, quedó por decisión del editor fuera de la continuidad del personaje con lo que esta historia se quedó como una rareza más en la larga colección de rarezas que ha sufrido el Hombre Murciélago en su ya larga historia..
La historia de Hijo del Demonio es una historia clásica de Batman desarrollada con oficio por un Mike W. Barr ("Batman" "Camelot 3000" "Green Lantern") que, si bien nunca llegó a demostrar el talento de sus ilustres predecesores en Batman, siempre fue un guionista eficiente a la hora de diseñar historias entretenidas y que probablemente en esta historia llegó a su nivel más alto en su etapa dentro del Hombre Murciélago. En Hijo del Demonio, las influencias setenteras son más que evidentes, incorporando a Batman a una trama a lo “James Bond” muy del gusto de la época en los encuentros entre el mitico e inmortal Rash al Ghul, una versión puesta al día y arabizada de Fu Manchu, creado por Denny O´Neill y Neal Adams, y que contó con la novedad de la alianza de ambos personajes para frenar al malvado Qayin, el asesino de la madre de Talia, contratado por un imaginario país mediterráneo que guarda sospechosas semejanzas con Libia (no olvidemos que por aquella época Libia era el Irak de hoy para los yanquis) y que pone en peligro la estabilidad mundial tras hacerse con el control de un satélite capaz de controlar el clima. Muchas ideas derrochó Barr a lo largo de las 78 páginas del cómic, quizás desacostumbrado a un formato en aquel momento poco frecuente en el género superheroico, y la mayoría quedaron bastante mal resueltas con lo que lo que lo que podía haber sido una aventura capital en la trayectoria del personaje se quedó en una aventura entretenida más. El dibujo de Jerry Bingham muestra la influencia de otros dibujantes de su misma generación como el ya mencionado Adams o quizás las más evidente de Barry Smith y la del común denominador de todos ellos un Hal Foster al que incluso Bingham homenajea en alguna viñeta pero sus figuras carecen de la vitalidad de cualquiera de los otros tres en un cómic que por momentos resulta gráficamente confuso.
En definitiva, las relecturas nostálgicas no demuestran que cualquier tiempo pasado fuese mejor sino que nuestros ojos simplemente eran más inocentes porque de esta historia guardaba un mejor recuerdo. Ojito jóvenes, si Planeta en unos meses les ofrece una edición Absolute de este cómic a un precio desorbitado porque seguramente no valga el desembolso. Yo me quedo con la de Zinco y con la nostalgia.
Otras lecturas sobre Batman en El lector impaciente aquí
La historia de Hijo del Demonio es una historia clásica de Batman desarrollada con oficio por un Mike W. Barr ("Batman" "Camelot 3000" "Green Lantern") que, si bien nunca llegó a demostrar el talento de sus ilustres predecesores en Batman, siempre fue un guionista eficiente a la hora de diseñar historias entretenidas y que probablemente en esta historia llegó a su nivel más alto en su etapa dentro del Hombre Murciélago. En Hijo del Demonio, las influencias setenteras son más que evidentes, incorporando a Batman a una trama a lo “James Bond” muy del gusto de la época en los encuentros entre el mitico e inmortal Rash al Ghul, una versión puesta al día y arabizada de Fu Manchu, creado por Denny O´Neill y Neal Adams, y que contó con la novedad de la alianza de ambos personajes para frenar al malvado Qayin, el asesino de la madre de Talia, contratado por un imaginario país mediterráneo que guarda sospechosas semejanzas con Libia (no olvidemos que por aquella época Libia era el Irak de hoy para los yanquis) y que pone en peligro la estabilidad mundial tras hacerse con el control de un satélite capaz de controlar el clima. Muchas ideas derrochó Barr a lo largo de las 78 páginas del cómic, quizás desacostumbrado a un formato en aquel momento poco frecuente en el género superheroico, y la mayoría quedaron bastante mal resueltas con lo que lo que lo que podía haber sido una aventura capital en la trayectoria del personaje se quedó en una aventura entretenida más. El dibujo de Jerry Bingham muestra la influencia de otros dibujantes de su misma generación como el ya mencionado Adams o quizás las más evidente de Barry Smith y la del común denominador de todos ellos un Hal Foster al que incluso Bingham homenajea en alguna viñeta pero sus figuras carecen de la vitalidad de cualquiera de los otros tres en un cómic que por momentos resulta gráficamente confuso.
En definitiva, las relecturas nostálgicas no demuestran que cualquier tiempo pasado fuese mejor sino que nuestros ojos simplemente eran más inocentes porque de esta historia guardaba un mejor recuerdo. Ojito jóvenes, si Planeta en unos meses les ofrece una edición Absolute de este cómic a un precio desorbitado porque seguramente no valga el desembolso. Yo me quedo con la de Zinco y con la nostalgia.
Otras lecturas sobre Batman en El lector impaciente aquí
4 comentarios:
Curioso, yo también lo leí en su día pero no tengo un recuerdo tan bueno, sino más bien algo del estilo de lo que comentas de tu lectura actual. Otro del que tengo un recuerdo como que ni fu ni fa (aunque mejor que este del hijo del demonio) es "Arkham asylum", que también han reeditado hace poco en formato absolute y del cual he pasado alegremente.
Lo que sí me dio por ahí y me estoy comprando son los tres tomazos del Batman de Neal Adams. Y uffff, por ahora sólo tengo el primero, y la verdad es que en general es bastante malo (en concreto los guiones, malísimos!). Ya me da un poco de pereza comprarme el segundo, aunque estoy seguro de que en cuanto llegue Denny O'Neal la cosa mejorará. ¿Alguien lo tiene y puede opinar?.
Pues estoy en ligero desacuerdo con estas opiniones ya que mi sensación de la lectura en su momento (buena pero con "ojos tiernos"), se vio acompañado de una sensación también buena en la última relectura (ya con "ojos con arruguitas") tomando como base "la saga de R'as al ghul", publicada en tomos por Planeta hace un par de años (por lo que, añado, no creo que hagan edición Absolute del mismo, aunque a tenor de algunas cagadas, nunca se sabe...).
En general, tal como reza la reseña se trata de un cómic entretenido, sin grandes pretensiones pero con unos personajes muy bien construidos en las consecuencias de sus actos y motivaciones, uno de los mejores y más poliédricos R'as que he leído jamás, con mezcla de géneros (detectivesco, aventuras, jamesbondiano, superhéroes...-en la línea de "la saga de R'as"-) y con momentos bastante memorables (como el tatuaje del sicario de Qayin a la madre-rehén del principio, el intento de suicidio del soldado de R'as cuando Quayin lo atrapa, la escena en la que Qayin se libra del general-presidente de "Libia", o Quayin resurgiendo de entre los escombros tras su fallido ataque a la fortaleza de R'as).
Si acaso, el final de Qayin es un tanto demasiado jamesbondiano y poco atractivo por el carisma del personaje a lo largo del cómic y la reacción de Talia rechazando a Batman al final es un tanto forzada. Pero en general es uno de los cómics-entretenimiento que más he saboreado entre R'as y Batman. ¡Y el dibujo de Bingham es cojonudo! (aunque lógicamente no a la altura de los tres monstruos que mencionas, pero es que cualquiera se compara con esos -por cierto que no sé qué historias tiene el segundo volumen del Batman de Neal Adams, pero el nivel medio de toda su etapa es espléndida en lo gráfico y sosa en lo literario -para mí siempre inferior al mismo "hijo del demonio").
Por cierto, tu página ha sido un descubrimiento notable, me gusta y la sigo frecuentemente ¡enhorabuena por el curro!
Hola Parmenides, gracias y bienvenido.
Hombre, yo no te discuto que sea uno de los mejores enfrentamientos entre Rash y Batman, de hecho creo que Barr plantea muchas ideas que luego por desgracia no tuvieron continuidad, pero la entrada va en el sentido que no es tan bueno como me pareció hace años (lo que no quiere decir que sea necesariamente malo que creo tampoco lo digo en la reseña).
Hoy por hoy me parece un cómic entretenido que como tú bien dices plantea varias situaciones desde el Batman detectivesco, por otro lado muy del gusto de Barr, hasta el más jamesbondiano y me da la impresión que Barr quiso abarcar demasiado y la historia renquea en muchos puntos en los que no está bien acabada como los que tú mismo señalas. El dibujo de Bingham no es malo en absoluto pero en mi opinión - subjetiva- le falta personalidad y me parece se le notan demasiado las influencias aunque para contar esta historia no está nada mal. En definitiva, como te digo, hace veinte años me pareció un cómic excelente y hoy me parece un cómic entretenido.
Akbarr, de los Absolutes sobre el Batman de Adams, no te puedo comentar nada porque todavía no he leído ninguno. Le tengo manía al formato aunque el dibujo de Adams, como supongo a todos, me llama mucho...
Soy fan de Batman, algunas veces más incondicional que otras, pero soy fan. Esta vez tengo que decir que "El Hijo del Demonio" fue un comic presentado en su día a bombo y platillo, pero hoy se ha quedado obsoleto. Un vistazo nostálgico y un relleno en una vitrina es el mejor destino para el comic. Existen comics mejores, por supuesto (Año Uno, El Regreso del Señor de La Noche, La broma Asesina...) pero también mucho peores (Una muerte en la familia). La diversidad de este superhéroe lo convierte en todo un icono para los guionistas. No tiene unos poderes ni unos recursos limitados. Sus villanos son tan versátiles como él. Puede pelearse con un archienemigo y luego reirle un chiste. Es Batman.
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