viernes, 21 de septiembre de 2007

“Juglar” de Rafael Marín



La última novela publicada hasta la fecha por Rafael Marín (Cádiz 1959), “Juglar” nos retrotrae a la época de la España de la Reconquista y el Mío Cid, en la que a través de Estebanillo de Sopetrán, el juglar que da título a la novela, Marín nos pasea por la España de las tres culturas en una historia llena de aventura, magia y misterio.
La novela tiene un inicio impactante en medio del sitio de Valencia donde Juglar, un trotamundos, con dotes mágicas es requerido para resucitar a Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid” y que gane su última batalla después de muerto. A partir de este prólogo vibrante y que para mí son las mejores páginas que he leído de Marín, el autor traza una elipsis para entrar de lleno en las aventuras de Juglar, en la que a través de la narración en primera persona, Estebanillo realiza el relato de su vida pícara y aventurera desde que fuera abandonado en el monasterio donde se crió y descubrió sus dotes para la magia hasta sus encuentros y desencuentros con el Cid y sus mesnadas en la tumultuosa España del siglo XI en la que convivían, a veces en paz, casi siempre en guerra, las tres grandes culturas cristiana, hebraica y musulmana.
Mezclando personajes históricos con la mejor fantasía Marín construye una novela entretenida y sencilla llena de homenajes que van desde “Las Mil y Una Noches” hasta “El Lazarillo de Tormes” pasando por los mitos artúricos ó el cantar de gesta por excelencia, “Mío Cid”, una novela que se lee de corrido y deja muy buen sabor de boca, a pesar de cierta precipitación en la resolución de algunos episodios que, quizás, hubieran necesitado una mayor profundización por parte del autor que dejan al lector con ganas de mayor detalle. Es de resaltar la habilidad de Marín para caracterizar ambientes y personajes, haciendo de cada nueva novela un descubrimiento sorprendente en lo que supone una continua evolución de contenidos que no de estilo.
En fin, esta novela demuestra que el fantástico en España y en español existe, encontrando en Marín a uno de sus máximos valedores, un autor en plena forma que, sin abandonar la literatura de género que ama y en que se inició, busca llegar a otros públicos. Veremos con qué nos sorprende RM en su próxima obra. Yo ya espero ansioso.
“Juglar” fue finalista del Premio Minotauro 2006.
Para leer sobre otras obras de Marín en El lector impaciente pinchen aquí o aquí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo leí este invierno, y me encantó. Además, recuerdo que lo leí poco a poco, saboreándolo con calma, en la terraza de una habitación, donde da el sol a las horas tempranas de la siesta. Y sentí aún más el calor que ya de por sí daba estas historias del antihéroe y truhán Esteban de Sopetrán... Me encantó.

Buena reseña.

Una sonrisa.