Ed Brubaker (”Gotham Central”,”Catwoman”) es el guionista de moda dentro del mundo mainstream norteamericano...Y con razón, ya que Brubaker, en sus series, ha sabido incorporar al género superheroico tan falto de ideas en los últimos años nuevas vetas que explotar. Sin embargo, Brubaker no es un guionista rompedor ni sus propuestas del todo originales. Simplemente es un buen narrador capaz de incorporar a los habituales clichés superheroicos nuevos elementos, que van de lo policíaco a las series de espías de toda la vida. Y este es el caso de la serie que hoy nos ocupa, “Sleeper”, una serie limitada de 12 números que ya fue publicada en grapa hace unos años por Planeta y que ahora ha recuperado en dos tomos Norma Editorial.
“Sleeper” es una serie de espías que se engloba en el universo Wildstorm. En ella, un agente de una organización internacional con la capacidad de no sentir dolor y capaz de transmitírselo a los demás, es utilizado por su jefe, John Lynch, para infiltrarse como agente doble en las filas de una organización criminal dirigida por el villano Tao. Los problemas surgen cuando Lynch, el único que conoce la verdadera misión de Carver, cae en coma y todos sus antiguos compañeros y amigos creen que realmente es un villano…
Brubaker en esta serie ha dejado de lado todo el lastre superheroico que acompaña a los personajes para desarrollar una historia de seres atrapados y perdedores. Un tenso thriller psicológico en el que asistimos en primera persona a la problemática de Carver, un peón en medio de una guerra entre organizaciones internacionales y cuya único objetivo consiste en sobrevivir un día más evitando ser descubierto. Así, a lo largo de los doce números que componen la serie, vemos como Carver trata de sobrevivir convirtiéndose poco a poco en uno de los villanos que trata de combatir, manteniendo una relación con Miss Misery. una psicópata de cuidado, y haciendo de un sociopata asesino como Genocide Jones su mejor amigo. Carver, un superviviente nato, va perdiendo paulatinamente la esperanza de recuperar alguna vez su vida pasada hasta el clímax final del último número.
Todos los personajes que Brubaker nos presenta en esta serie están dotados de una sana ambigüedad moral. El guionista estira al máximo las enseñanzas de John Houston en “La Jungla de Asfalto”, y vemos a través de los orígenes de los villanos como, una vez más, "el delito no es más que uno de los aspectos de la lucha por la vida". Como el protagonista no podemos dejar de sentir, si no comprensión, sí simpatía por unos personajes que nunca han tenido más opción en la vida que aquella que han tomado. Brubaker, hábilmente, narra la historia en primera persona para que la identificación del lector con Carver sea total y la trama es dosificada con acierto hasta llegar el último numero.
En cuanto al dibujo de Sean Phillips (“Wildcats” “Gotham Noir”) cumple con oficio recreando el ambiente negro y opresivo que la historia requiere.
Así que ya saben si les apetece leer un cómic de superhéroes adulto y en el que la intriga es el elemento predominante, denle una oportunidad a “Sleeper” y luego me cuentan.
(Norma ha anunciado la publicación de la segunda serie limitada de “Sleeper” en los dos próximos meses. Cuando la lea, les escribo algo…)
“Sleeper” es una serie de espías que se engloba en el universo Wildstorm. En ella, un agente de una organización internacional con la capacidad de no sentir dolor y capaz de transmitírselo a los demás, es utilizado por su jefe, John Lynch, para infiltrarse como agente doble en las filas de una organización criminal dirigida por el villano Tao. Los problemas surgen cuando Lynch, el único que conoce la verdadera misión de Carver, cae en coma y todos sus antiguos compañeros y amigos creen que realmente es un villano…
Brubaker en esta serie ha dejado de lado todo el lastre superheroico que acompaña a los personajes para desarrollar una historia de seres atrapados y perdedores. Un tenso thriller psicológico en el que asistimos en primera persona a la problemática de Carver, un peón en medio de una guerra entre organizaciones internacionales y cuya único objetivo consiste en sobrevivir un día más evitando ser descubierto. Así, a lo largo de los doce números que componen la serie, vemos como Carver trata de sobrevivir convirtiéndose poco a poco en uno de los villanos que trata de combatir, manteniendo una relación con Miss Misery. una psicópata de cuidado, y haciendo de un sociopata asesino como Genocide Jones su mejor amigo. Carver, un superviviente nato, va perdiendo paulatinamente la esperanza de recuperar alguna vez su vida pasada hasta el clímax final del último número.
Todos los personajes que Brubaker nos presenta en esta serie están dotados de una sana ambigüedad moral. El guionista estira al máximo las enseñanzas de John Houston en “La Jungla de Asfalto”, y vemos a través de los orígenes de los villanos como, una vez más, "el delito no es más que uno de los aspectos de la lucha por la vida". Como el protagonista no podemos dejar de sentir, si no comprensión, sí simpatía por unos personajes que nunca han tenido más opción en la vida que aquella que han tomado. Brubaker, hábilmente, narra la historia en primera persona para que la identificación del lector con Carver sea total y la trama es dosificada con acierto hasta llegar el último numero.
En cuanto al dibujo de Sean Phillips (“Wildcats” “Gotham Noir”) cumple con oficio recreando el ambiente negro y opresivo que la historia requiere.
Así que ya saben si les apetece leer un cómic de superhéroes adulto y en el que la intriga es el elemento predominante, denle una oportunidad a “Sleeper” y luego me cuentan.
(Norma ha anunciado la publicación de la segunda serie limitada de “Sleeper” en los dos próximos meses. Cuando la lea, les escribo algo…)
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