“Y tampoco creo que se necesiten bocadillos de pensamiento. Siendo franco, como escritor, creo que la era de los bocadillos de pensamiento se ha acabado. No hay bocadillos de pensamiento en la vida real, contándote que alguien va a robarte la cartera o a invitarte a cenar a su casa. Lo que haces para formarte una opinión de alguien es observar su forma de hablar y las cosas que hace, y después es cuando piensas, “bien, es un buen tipo” o “lo odio”.
No hay bocadillos de pensamiento en las películas y se puede seguir la historia perfectamente. Un montón de escritores usan los bocadillos de pensamiento para explicar las motivaciones bastante débiles de sus personajes. En mitad de una pelea, tienen grandes losas metafísicas sobre sus cabezas. Cuando peleas, no piensas excepto en cosas como AAARGH, QUEMAR, DESTRUIR. Realmente no empiezas a pensar en los pensamientos más profundos y secretos de Immanuel Kant o alguien parecido. Hazme caso, no te abalanzas sobre una especie de travesía filosófica, especialmente cuando alguien está intentando doblar una viga de acero alrededor de tu cabeza.”
(Esto auguraba Moore en una entrevista de 1983 que el amigo Frog2000 acaba de traducir y podéis leer completa aquí. Es cierto que los bocadillos de pensamiento son un recurso cada vez menos utilizado aunque más que su erradicación total su uso ha ido evolucionando, como el propio lenguaje del cómic hacia soluciones menos redundantes y que gráficamente aporten más. Unos cuantos ejemplos a vuela pluma).
No hay bocadillos de pensamiento en las películas y se puede seguir la historia perfectamente. Un montón de escritores usan los bocadillos de pensamiento para explicar las motivaciones bastante débiles de sus personajes. En mitad de una pelea, tienen grandes losas metafísicas sobre sus cabezas. Cuando peleas, no piensas excepto en cosas como AAARGH, QUEMAR, DESTRUIR. Realmente no empiezas a pensar en los pensamientos más profundos y secretos de Immanuel Kant o alguien parecido. Hazme caso, no te abalanzas sobre una especie de travesía filosófica, especialmente cuando alguien está intentando doblar una viga de acero alrededor de tu cabeza.”
(Esto auguraba Moore en una entrevista de 1983 que el amigo Frog2000 acaba de traducir y podéis leer completa aquí. Es cierto que los bocadillos de pensamiento son un recurso cada vez menos utilizado aunque más que su erradicación total su uso ha ido evolucionando, como el propio lenguaje del cómic hacia soluciones menos redundantes y que gráficamente aporten más. Unos cuantos ejemplos a vuela pluma).