“Acantilado Rojo” es la adaptación libre de una serie de relatos medievales chinos en los que se narran mezclando leyenda y realidad el enfrentamiento entre distintos señores de la guerra en la China medieval. Por un lado, el señor del Norte que personifica el villano de la historia y que actuaba legitimado por el Emperador realiza una expedición de castigo para acabar con dos señores del Sur aliados que se oponen a la influencia de aquél sobre el Emperador. Tras distintas escaramuzas la batalla definitiva tiene lugar en el Acantilado Rojo.
Más allá del deficiente montaje que lastra la cinta, John Woo realiza una película anodina y plana, sin demasiado contenido ni interés más allá de las brillantes coreografías de lucha. Woo se queda a medio camino de todo lo que pretende superar, se queda a medio camino de Ang Lee en lo que se refiere al refinamiento y pulcritud de su puesta en escena alejado de la belleza fantástica de las películas de este; se queda a más de medio camino de Kurosawa en el tratamiento épico de la historia y la caracterización de los personajes (debería haberle echado un vistazo más detenido a películas como “Ram” o “Los siete samuráis”, modélicas en esos aspectos); y, lo más triste de todo, no da ni el primer paso en la comparación con productos de mero entretenimiento como “
En definitiva, “Acantilado Rojo” es una película perfectamente prescindible, irregular, mediocre y aburrida como pocas en su infinita sucesión de batallas absurdas. Si sigue en cartelera, prueben con otra.