Empiezo a meterle mano a las
miniseries de la controvertida línea Antes de Watchmen. editada por ECC
Ediciones en España, por la miniserie de cuatro episodios protagonizada por Rorschach,
uno de los personajes más carismáticos e importantes de la obra original de
Moore y Gibbons, miniserie ideada y
desarrollada por un dúo de campanillas y campanadas como es el formado por
Brian Azzarello y Lee Bermejo ("Joker").
En el Nueva York de los años
setenta, Rorschach es un justiciero urbano que se enfrenta, en uno de los
barrios más peligrosos y deprimidos de la ciudad, con el brutal y astuto
Rawhead y su banda de veteranos de
Vietnam quiénes controlan la prostitución de una Gran Manzana atemorizada por
los asesinatos de un asesino en serie que tatúa frases en la piel de sus
víctimas y al que la prensa ha bautizado como El Bardo. En ese contexto, el
terror se desata cuando se produce el celebre apagón de la Ciudad.
Lejos de ser una obra
maestra, “Antes de Watchmen: Rorschach” es un tebeo sencillo que se deja leer
con agrado merced a la labor de un Azzarello que lleva la historia al género
que mejor conoce y maneja, el hard-boiled urbano, al tiempo que la sitúa en un momento previo
bastante alejado de los hechos narrados en “Watchmen” para evitar desdecir la obra original, aun cuando las
referencias, lugares comunes y homenajes para el conocedor de la obra sean fácilmente identificables.
En ese contexto, Azzarello
construye una trama sencilla repleta además de referencias cinematográficas que
van de “Pulp Fiction” a “Taxi Driver” (incluso se permite un cameo entre Travis
Bickle, el protagonista de la peli, y Rorschach en un curioso diálogo que es
de lo mejorcito de la historia) y comiqueras (el principal oponente de
Rorschach, el sociópata Rawhead, un curioso entre uno de los principales
enemigos de El Castigador marvelita, Jigsaw, el histriónico y sanguinario Tony Montana de “Scarface” y Tony Manero, el chuleta bailón de "Fiebre del sábado noche" ).
Azzarello, autor contundente
donde los haya, se vuelve quizás excesivamente sutil en su estudio en
profundidad de Rorschach al que muestra como un justiciero nihilista aferrado a
su particular código de la justicia y fuerza de voluntad para enfrentarse a una
existencia absurda y sin sentido escapando gracias a la casualidad más que a
sus habilidades de los peligros a los que se enfrenta, dando un tratamiento
“realista” del personaje que acaba presentándole al lector de manera bastante fiel
al lunático obsesivo que Moore describió, aunque para ello se salga de las
convenciones habitualesde una historia en la que el supuesto
(anti)héroe protagonista siempre va varios pasos por detrás de los malos y
recibe más golpes de los que da.
En el aspecto gráfico,
Bermejo hace una estupenda labor cuidando al detalle la atmósfera setentera y
urbana en que se desarrolla la historia y la caracterización realista de los
personajes así como la narrativa de la
historia para llevar a cabo el que para mí es uno de sus mejores trabajos
dentro del mainstream.
Azzarello y Bermejo en “Antes de Watchmen: Rorschach” se cuidan muy mucho de incorporar elementos originales que desdigan la opera prima de Moore y Gibbons que provocasen el rechazo furibundo de los fans y apuestan por realizar un homenaje digno a la obra maestra
en la que se inspiran sin caer en el error de intentar ponerse a su altura, con
un acercamiento asumidamente menor y tributario que se alimenta de la
brillantez y actualidad “Watchmen”, obteniendo de esta forma como resultado una
obra sencilla pero que, en mi opinión, supera las expectativas generadas inicialmente. Ojala
que el resto de miniseries que conforman la línea estén al menos a este nivel.