Panini acaba de terminar de publicar la colaboración seis números (tres dobles en la edición española)de Pacheco con Millar en la nueva serie Ultimate de “Los Vengadores” ideada por y para que el escocés egregio matase la añoranza que tenía de sus “The Ultimates” que tampoco se sabe –aunque se intuye- muy bien porque los dejo. La lectura, entretenida, pero va de más a menos y casi uno se siente aliviado que se acabe.
En esta nueva etapa, el Capi debe enfrentarse a un nuevo enemigo, un sanguinario terrorista internacional sin escrúpulos al que le une un lazo de sangre que le hace sentirse responsable – Cráneo Rojo- de sus acciones y al que pretende parar aunque ello suponga enfrentarse a Los Vengadores y Nick Furia. Para ocuparse de la doble amenaza que suponen el Capi y Cráneo, Furia reúne un nuevo grupo de Vengadores especializados en operaciones encubiertas. Sin embargo, lo que está por ver es si estos nuevos vengadores estarán a la altura.
Millar empieza bien una historia en la que se le nota con ganas introduciendo en el universo ultimate a Cráneo Rojo y el dichoso Cubo Cósmico en una historia que podría haber dado muchísimo más juego si le hubiera apetecido profundizar más en la relación Capi/Cráneo y no reducir todo a la consabida reiteración de diálogos eficaces, personajes más o menos molones, más o menos tontones y escenas trepidantes de acción y lucha cogidas un poco por los pelos. Hay que reconocer que contando con los lápices de un dibujante tan dotado para el género superheroico como el gaditano Carlos Pacheco debe resultar difícil sustraerse a la tentación de abusar en la historia de todas esas peleas, aviones y demás porque Pacheco es un especialista en la materia pero al final da la sensación que el tebeo acusa cierta precipitación en su resolución, tanto por parte de Millar, que una vez más opta por la manera más fácil de resolver el cómic una vez que deja a Pacheco exhibierse, como del mismo Pacheco que deja en el último número de Panini algunas situaciones un tanto confusas.
En definitiva, “Ultimate Vengadores” es de momento un tebeo irregular por parte de un Millar que acaba perdiendo fuerza como el champán, una lectura meramente entretenida que se salva sobre todo por el buen hacer en líneas genearles de Pacheco. No sé yo si tras la marcha de este y la llegada de Yu seguirá mereciendo la pena la cosa. Ya os iré contando.
En esta nueva etapa, el Capi debe enfrentarse a un nuevo enemigo, un sanguinario terrorista internacional sin escrúpulos al que le une un lazo de sangre que le hace sentirse responsable – Cráneo Rojo- de sus acciones y al que pretende parar aunque ello suponga enfrentarse a Los Vengadores y Nick Furia. Para ocuparse de la doble amenaza que suponen el Capi y Cráneo, Furia reúne un nuevo grupo de Vengadores especializados en operaciones encubiertas. Sin embargo, lo que está por ver es si estos nuevos vengadores estarán a la altura.
Millar empieza bien una historia en la que se le nota con ganas introduciendo en el universo ultimate a Cráneo Rojo y el dichoso Cubo Cósmico en una historia que podría haber dado muchísimo más juego si le hubiera apetecido profundizar más en la relación Capi/Cráneo y no reducir todo a la consabida reiteración de diálogos eficaces, personajes más o menos molones, más o menos tontones y escenas trepidantes de acción y lucha cogidas un poco por los pelos. Hay que reconocer que contando con los lápices de un dibujante tan dotado para el género superheroico como el gaditano Carlos Pacheco debe resultar difícil sustraerse a la tentación de abusar en la historia de todas esas peleas, aviones y demás porque Pacheco es un especialista en la materia pero al final da la sensación que el tebeo acusa cierta precipitación en su resolución, tanto por parte de Millar, que una vez más opta por la manera más fácil de resolver el cómic una vez que deja a Pacheco exhibierse, como del mismo Pacheco que deja en el último número de Panini algunas situaciones un tanto confusas.
En definitiva, “Ultimate Vengadores” es de momento un tebeo irregular por parte de un Millar que acaba perdiendo fuerza como el champán, una lectura meramente entretenida que se salva sobre todo por el buen hacer en líneas genearles de Pacheco. No sé yo si tras la marcha de este y la llegada de Yu seguirá mereciendo la pena la cosa. Ya os iré contando.