En los territorios conquistados por los vikingos de la Irlanda del siglo XI, asistimos a una mortal caza del hombre en la que un grupo de vikingos capitaneados por el implacable e inteligente Ragnar Ragnarsson persiguen a Magnus, un desquiciado guerrero irlandés dispuesto a derramar sangre vikinga allá por donde pase en un intento de fomentar la rebelión contra el invasor, mientras protege a su hija que viaja con él. ¿Se sublevarán los irlandeses? ¿Atrapará Ragnar a Magnus o el cazador será cazado? Tendrán que leerse el tebeo para averiguarlo.
Entretenido divertimento el que nos ofrecen Brian Wood y Ryan Kelly en este nuevo arco argumental cuyo mayor interés se encuentra en disfrutar de la habilidad gráfica de Kelly un dibujante que me ha sorprendido por su fluidez narrativa y capacidad para plasmar la crueldad y salvajismo de las luchas medievales. Wood escribe un guión bastante flojo y poco creíble en el marco de un hecho histórico real –los sucesivos asentiamientos vikingos en Irlanda desde el siglo IX- que sirve únicamente para permitir que Kelly despliegue todo su arsenal de recursos. Wood parece haberse basado en “El lobo solitario y su cachorro” para establecer la relación entre Magnus y su hija en una historia que no sorprende ni tan siquiera en el giro final resuelto de una manera bastante absurda, dejando una sensación de “ya leído” bastante decepcionante. El enfrentamiento psicológico entre Magnus y Ragnar resulta nulo, siendo este último caracterizado como una especie de Grisson escandinavo cuya relación con el rey de Irlanda al que informa de sus progresos – lo que sirve al tiempo para contextualizar la obra introduciendo como subtrama los preparativos de aquel de la Batalla de Clontarf que supuso el inicio del fin de la ocupación vikinga (lo que por desgracia no se aclara en el cómic ya que hubiera ayudado a reforzar el paralelismo entre ambas)- resulta confusa, tratándole a veces de hermano (¿?) y otras de amigo (¿?). Wood adapta el vocabulario de los personajes a la actualidad y en ocasiones parece olvidarse que está narrando una historia enclavada en un tiempo concreto. De ese modo, la historia queda un tanto contextualizada y uno casi piensa que está releyendo un tebeo de “Conan, El Bárbaro” (que el bueno de Roy Thomas despachaba en menos de veinticuatro páginas) que una historia de vikingos interesantes.
Ryan Kelly, en mi opinión, es el que salva el tebeo. Con un estilo con detalles de Corben y Buscema realiza una estupenda caracterización de los personajes mediante un dibujo de trazo grueso y detallado muy adecuado a una trama que derrocha adrenalina y testosterona, abusando para mi gusto de la mera sucesión de combates y rellenando el álbum con splash page espectaculares sí, pero que no aportan demasiado a una historia inflada en exceso.
En definitiva, “La Cruz + El Martillo” es un tebeo que no pasa de entretenido y hasta cierto punto cuestiona la necesidad de una serie sobre vikingos si no va a indagar en su historia y cultura más allá de convertirla en una mera sucesión de casquería. Ustedes deciden.
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