En esto de los superhéroes,
hay historias que por trilladas no resultan menos icónicas y dudo mucho que me
equivoque si afirmo que la más importante de todas ellas es la del origen de
Superman, el cuál ha sufrido a lo largo de la historia del personaje múltiples
variaciones y lavados de cara para ajustarlo a los gustos de las nuevas
generaciones aunque lo esencial de la historia se haya mantenido prácticamente
inalterado. En los últimos años quizás la
mejor narración de ese origen en la miniserie “Superman: Secret Origin” realizado por el
guionista Geoff Johns y el dibujante Gary Frank para adaptarlo a los
acontecimientos posteriores a la saga “Crisis Infinita” y que ECC recuperó en
un cuidado tomo bajo el original título de “El origen de Superman”.
La historia no por conocida
resulta menos apasionante. Un niño nacido en el extinto planeta Krypton llega a
la
Tierra donde es criado
por un bondadoso matrimonio. Tras pasar una infancia feliz en el pequeño pueblo
de Smallville, el muchacho que ha empezado a desarrollar sus poderes se asienta
en Metropolis donde desarrollará una intensa carrera periodística en el Globe
mientras enfundando en su brillante traje de mallas combate a todo tipo de
amenazas como Superman.
Contar de nuevo el origen de
Superman es un regalo envenenado para cualquier guionista de cómics pues aparte
de la dificultad de innovar una historia tan conocida por el público al que va
dirigida, esas novedades si son muy radicales
generalmente suelen ser mal recibidas por unos lectores dispuestos a
aferrarse a la ortodoxia de su conocimiento, como vimos recientemente en obras
como “Superman: Tierra Uno” de JMS o la última adaptación cinematográfica del personaje de Zack Snyder. Por ese motivo, no hay que dejar de admirar la capacidad de un
profundo conocedor del personaje y el Universo DC como es Geoff Johns para
dearrollar una historia amable que respeta el conocimiento adquirido por el
lector al tiempo que introduce sutiles modificaciones que lo adaptan a las
exigencias de la editorial para ese momento concreto.
De este modo, en este nuevo origen de Superman
descubrimos a un joven Clark Kent que descubre sus poderes en su infancia en
Smallville lo que le convierte en un marginado –de lo poco que fusilaron Goyer
y Snyder en la película- y convive desde la infancia con un Lex Luthor al que
conoce allí y que recorre un camino paralelo al suyo. Johns construye a pesar
de lo trillado de los distintos elementos una historia con un resabio clásico
que capta la esencia del personaje y su universo al tiempo que ofrece
interesantes novedades como nuevas versiones de villanos como Metallo o el
Parásito. Johns sabiamente convierte la identidad de Clark Kent en el
desarrollo de la historia al tiempo que resuelve con naturalidad cuestiones tan
controvertidas en otras ocasiones como el rol de Superboy y la fundación de la Legión de Superhéroes.
Uno de los grandes
alicientes que refuerza la gran labor de Johns es el acierto en la elección del
dibujante de la historia con un Gary Frank que saca el máximo partido a su
estilo limpio y bonito para construir composiciones efectivas llamadas a
ensalzar al máximo la grandeza del personaje y su galería de personajes. Frank,
que por momentos me recuerda a un clásico como el finado Dave Stevens, dibuja
uno de los mejores Supermanes de los últimos tiempos y ensalza todos los
elementos positivos y luminosos que representa el personaje.
En fin, el origen de
Superman se ha convertido en una historia eterna y Johns y Frank han sabido
contribuir sin grandes estridencias pero con mucha sabiduría y profesionalidad
con su granito de arena que ayudará a que Superman siga fascinando a nuevas
generaciones de lectores y dibujará una sonrisa en los más talluditos. Así, sí.