Ya saben ustedes que una de las características que presupone que los seres humanos somos inteligentes es nuestra capacidad para ordenar. Nos gusta establecer criterios con los que nos sentimos a gusto y nos ayudan a acceder antes a la información, criterios que pueden ser más o menos universales pero que, en el fondo, nos facilitan la vida. Bien, pues yo entre otras muchas clasificaciones cinematográficas califico las películas en tres grandes grupos “
ni fú ni fá” (cajón desastre donde cabe todo), “
películas que no quiero que acaben nunca” (las buenas) y “
películas que ojalá acaben cuanto antes” (las peores). Bien, “
Shutter Island” es de estas últimas.
Basada en una novela de
Denis Lehane que no he leído, “
Shutter Island” nos cuenta la historia de Teddy Daniels , un atormentado agente judicial que junto a su ayudante acuden a la isla Shutter, donde se interna a los más peligrosos criminales dementes, para ayudar a atrapar a una interna fugada. En la aislada isla, tendrá extrañas visiones y empezará a sospechar que no todo es tan normal como los psiquiatras y el director de la institución pretenden hacerle creer. Y es que, probablemente, en la isla Shutter se esté experimentando con los internos y está dispuesto a descubrirlo todo. ¿Lo conseguirá? Tendrán que verlo para enterarse.
Martin Scorsese ofrece su peor versión en esta fallida historia de esquizofrenia y suspense que en ningún momento logra enganchar al espectador debido a una trama fallida a pesar de partir de unas atractivas pretensiones iniciales. Y es que esta historia con aires hitchcockianos desbarra a partir de un guión errático y unas sorpresas argumentales mal resueltas en un desarrollo previsible y deslavazado que no salva ni la opresiva atmósfera lograda por
Scorsese ni la presencia de actores de renombre como
Leonardo di Caprio en un papel que no se ajusta para nada a sus características (y es que desde que se hizo mayor no me lo creo en casi ningún papel) o un inquietante
Ben Kingsley, que es lo mejor de la película, puntos positivos junto a una inteligente utilización de una gran banda sonora no logran hacer que esta mantenga un mínimo interés reduciéndose a una desagradable y olvidable perdida de tiempo.
Scorsese ha jugado a ser
Hitchcock y se ha quedado a la altura del peor
David Lynch. Una de las peores películas que he visto en mucho tiempo.