No pensaba escribir nada sobre
la polémica surgida con “
Lanza en astillero” porque me aburre y me da vergüenza. Ajena, por supuesto, pero vergüenza. Sin embargo, no he podido resistirme
visto lo visto.
Me da vergüenza el escaso nivel cultural de nuestra clase política, independientemente de su signo, me da vergüenza su gazmoñería y me produce asco, aburrimiento y vergüenza que siempre encuentren en un cómic, aun cuando como es el caso, se haya publicado hace más de cuatro años y acabara saldado a pesar de su calidad, la víctima propiciatoria perfecta para enzarzarse en polémicas inútiles alejadas por completo de los verdaderos intereses y problemas de sus representados, que a fin de cuentas somos todos, polémicas que no justifican ni su representación ni su sueldo.
Por favor, señores políticos, dedíquense a trabajar, sean serios y déjense de gilipolleces o si se sienten incapaces de resistirse a la tentación de decir tonterías, dimitan y díganlas en privado, como hacemos los demás. Eso sí, pero que dimitan todos.
(Por otro lado,
el vocero y sus opiniones me darían risa sino me diese miedo. Lo único positivo que espero salga de todo esto sea un nueva edición de ese fantástico cómic que espero se venda estupendamente).