Tras la excelente impresión que
me produjo la primera revisión de J.J. Abrams en el universo de Star Trek,
de la que ya escribí por aquí, tenía muchas esperanzas puestas en esta secuela en la que el director prometía
indagar en las relaciones y personalidad de los personajes. Sin embargo, “Star
Trek: En la Oscuridad”, a pesar de su buena factura y la espectacularidad
de los efectos especiales (que practicamente se le presupone a cualquier película de Ciencia Ficción actual), me ha decepcionado totalmente, pues toda esa imagineria se desilfarra en una historia tópica, aburrida y desnortada y unos actores
que sorprendentemente no están a la altura.
La tripulación del “Enterprise”, que ya acumula la
experiencia de diversas misiones a sus espaldas, ha de atrapar a un implacable terrorista que ha asesinado a
un alto mando de la Confederación y huido al planeta natal de los Klingon amenazando
con provocar una crisis interplanetaria de impredecibles consecuencias. Sin
embargo, nada es lo que parece y el capitán Kirk y Cia descubrirán que tras el
ataque del terrorista hay una tupida red de intereses creados y alianzas
quebradizas que llevará al límite la amistad y habilidades de los exploradores
del espacio.
El casi siempre solvente J.J. Abrams en esta ocasión no ha hecho los
deberes y tras el esmerado cuidado puesto en la anterior película para encontrar
un acercamiento propio a los personajes creados por Gene Roddenberry
contándonos el origen de su amistad , en esta segunda parece haberse quedado sin
ideas, construyendo -a partir de un
discreto guión ¿pero de verdad son estos
Alex Kurtzman y Roberto Orci los mismos guionistas que la primera?- que a
costurones adapta historias y momentos memorables de la serie y las películas clásicas
como si de un suelo de baldosas desparejadas se tratase.
Tomando sin rubor como guía
la estupenda “La ira de Khan”, Abrams va dando bandazos en el desarrollo de una
historia que poco a poco solo sirve para concatenar una secuencia de acción tras
otra, a cuál más espectacular eso sí, y mostrar efectos especiales y
localizaciones más grandiosas merced a la tecnología MAXr y 3D, pero dejando al
espectador con la irritante sensación que tras tanta parafernalia hay muy poca
chicha que cortar.
Precisamente la mayor
decepción y que acaba de sentenciar la película en mi opinión es la actuación de un reparto
que repetía de la primera entrega y por tanto se presupoonía más experto pero que parece haber dado un paso atrás respecto a la primera
entrega. Especialmente se nota en la falta de química en el dúo protagonista formado por Chris Pine
(Krik) y Zachary Quinto (Spock) quienes en ningún momento parecen sentirse
cómodos en unos papeles que esta vez les quedan demasiado grandes, saliendo bastante mal parados en la comparación con el clásico referente de la pareja
formada por William Shatner y Leonard Nimoy. Solo la presencia testimonial de secundarios solventes como Carl Urban o Simon Pegg con sus contrapuntos cómicos y las espectaculares bellezas de Zoe Saldana y,
sobre todo, la despampanante Alice Eve que alegran la vista nos salvan un poco del bochorno.
Para ser justo también me gustaría destacar a un notable Benedict Cunnenbach, que lejos de
intentar imitar al inolvidable Ricardo Montalban y su Khan original, logra construir
un villano con una personalidad propia que acaba comiéndose en pantalla a los discretos
protagonistas.
En fin, “Star Trek: En la Oscuridad” es capaz de provocar un verdadero apagón en las
mentes de todos aquellos que amamos la serie original. Vaya fiasco de peli.