El otro día visitando el chanante blog de Jotace (visita obligada que este marciano derrocha ingenio a diario) leí un post en el que incluía los, a su juicio, elementos indispensables que tienen que tener un cómic para convertirse en un concepto de éxito. Al leer su lista de cosas molonas, el primer título que me vino a la mente no fue otro que “Xenozoic Tales” de Mark Schultz, un cómic donde el autor reúne con toda naturalidad exuberante pin-ups, tipos duros de los antes con dinosaurios, mámuts, mutantes, monstruos y coches de época.
Las primeras historias de “Xenozoic Tales” se empezaron a publicar en España hace ya unos añitos, en los tiempos de la Editorial Toutain en la mítica revista “Zona 84”, y, tras un lapso de varios años, Cómics Forum (Planeta) editó en 2000-1 la totalidad de las historias realizadas por Schultz en una cuidada colección para la época de 15 cómic-books que, más adelante, reunió en un tomo único.
“Xenozoic Tales” está ambientada en el siglo XXVI, en una futura Era Xenozoica, donde tras un cataclismo que ha terminado con la mayor parte de la población humana, convirtiendo los nuevos territorios en una zona de marismas y grandes selvas poblada por todo tipo de criaturas prehistóricas, desde dinosaurios a mámuts y dientes de sable. Los pocos supervivientes que se refugiaron en refugios subterráneos intentan sobrevivir, al salir en la superficie, agrupándose en tribus en torno a las antiguas ciudades, desarrollando y arreglando parte de la tecnología de tiempos pasados, principalmente armas de fuego y coches de época (cadillacs, principalmente). En este contexto, la historia gira en torno a la relación entre Jack Terenc, una especie de chaman perteneciente al antiguo linaje de la Ciudad del Mar (Nueva York) dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener el acuerdo -Machinatio Vitae- entre los hombres y la Naturaleza de no alterar el medio natural y evitar otro cataclismo, y Hannah Dundee, la embajadora de Wasoon (antigua Washington) mucho más inteligente y dispuesta a aprender todo lo posible de los antiguos para mejorar sus duras condiciones de vida.
Partiendo de estas premisas, Schultz va evolucionando número a número y, sin abandonar en ningún momento el carácter “pulp” y aventurero de las historias, va desarrollando distintas tramas de intrigas y misterio cada vez más complejas entorno al origen del cataclismo que destruyó la civilización, las conspiraciones políticas que giran en torno a los protagonistas o los planes de los misteriosos grith respecto a la humanidad. Pero si la historia en sí ya resulta entretenida enriquecida con referencias literarias que van desde Lovecraft a Rice Burroughs pasando por Conan Doyle o Robert E. Howard (sin olvidar los mismos cómics de la E.C. de terror y ciencia-ficción) es por su aspecto gráfico por el que debe ser recordada y destacada. Si las historias cortas de los primeros números guardan una estructura narrativa similar a la de los grandes maestros de la E.C, como Frank Franzetta o Al Williamsom en los últimos números resulta cada vez más evidente la enorme influencia de grandes autores anteriores como Alex Raymond (en los últimos números más que evidente) o Hal Foster (no en vano desde hace años Schultz continúa su labor en las tiras de “El Príncipe Valiente”), convirtiéndose este en mi opinión en su gran referente tanto por su minuciosidad por los detalles que convierten cada viñeta en una pequeña ilustración como por sus estudiadas composiciones de página para narrar de una manera fluida la historia que quiere contar en cada momento, prescindiendo, conforme avanza la historia, de engorrosos cuadros de texto y sin que en ningún momento las viñetas parezcan recargadas. Su obsesión por emular la atmósfera de los cómics E.C le llevó a entintar el mismo sus historias con una escala de grises semejante a la utilizada en los cómics de la época y una cuidadísima técnica de pincel seco que va mejorando, si cabe, según avanza la serie
Schultz, a lo largo de esta serie, demostró un perfeccionismo rayano en la obsesión, que le llevaba a tardar prácticamente un año en terminar cada uno de sus cómics lo que ha provocado que la serie lleve parada desde hace años y no haya de momento continuación a las aventuras de Hannah y Jack, aunque el autor ha declarado en más de una ocasión su interés por finalizar la historia. Esperemos que alguna vez lo haga.
Entrevista reciente a Mark Schultz (en inglés) aquí y aquí.
Completísimo análisis de la obra en la Tebeosfera aquí.