ECC
Ediciones ha recopilado recientemente en un único tomo la miniserie de tres
números que supuso el salto a la fama del dibujante Lee Bermejo formando equipo
nada menos que con un guionista de campanillas como Brian Azzarello,
acostumbrado ya a recibir las alabanzas de público y crítica con su “100
Balas”, en una historia en la que Batman se encuentra con Deathblow.,el atípico
antihéroe de Wildstorm creado por Jim Lee y Brandon Choi.
A
Gotham ha regresado un despiadado asesino piroquinético dispuesto a acabar con
una serie de agentes del Gobierno aunque para ello tenga que quemar media
ciudad. El único que parece capaz de pararle es Batman, aunque para lo cuál
tenga que indagar en los turbios asuntos del gobierno para entender una
historia de venganza gestada una década atrás y cuya pieza clave no es otro que
Michael Cray, alías Deathblow, un agente encubierto de Operaciones
Internacionales que lleva años desaparecido y cuyos intereses parecen coincidir
con los del Hombre Murciélago.
En
“Batman: Fuego Cruzado”, un implicado Brian Azzarello va un paso más allá de
las fórmulas de promoción cruzadas, habituales en las historias de “team up”
superheroicos, de las que se valen las editoriales para promocionar series y personajes – en el momento de la
publicación original de esta miniserie, DC hacía relativamente poco que había
absorbido Wildstorm, la Editorial de Jim Lee, para convertirla en uno de sus sellos asociados y andaba
interesada en potenciar uno de sus personajes más populares, Deathblow -
desarrollando una interesante historia que Azzarello se lleva a los terrenos en
los que mejor se desenvuelve, los de la intriga y el espionaje, y cuya principal
originalidad estriba en que los dos protagonistas nunca acaban de encontrarse
desarrollándose la historia en paralelo en dos momentos separados por diez
años.
Una
vez que el lector se recobra de la confusión inicial, “Fuego Cruzado” se
disfruta cómo lo que es, una cuidada historia de espías con ciertos elementos
superheroicos atemperados por el tratamiento hiperrealista y noir que tanto
Azzarello como Bermejo saben imprimir a la historia para mantener atrapado al
lector de la primera a la última página uniendo las piezas que componen el
puzzle de la desordenada trama.
En
el aspecto gráfico, para mí Bermejo, que hasta ese momento no era un dibujante
especialmente conocido, firma uno de sus mejores trabajos con un espectacular
acabado fotorrealista que se ve además potenciado por el sombrío y tenebroso
tratamiento del color de Tim Bradstreet que refuerza la ambientación de la
historia en una Gotham opresiva, gótica y atemporal.
En
fin, “Batman: Fuego Cruzado” es una obra entretenida que se esfuerza por llevar
un paso más allá las fórmulas propias de los géneros merced a un equipo
creativo compenetrado y que, tras este primer trabajo conjunto, ha vuelto a
colaborar con frecuencia. Merece la pena.