No he podido resistir la
tentación tras leer el macroevento de “Los Vengadores VS. La Patrulla X” del
que escribí por aquí ayer de volver a leer la original a la que hacía
referencia, la serie limitada de cuatro números que guionizase Roger Stern y
dibujase Marc Silvestri a mediados de los ochenta y fue publicada en los números 7 a 10 de la original “Marvel Héroes” de Cómics Forum
(no sé si fue reeditada más recientemente pero si no ha sido así ya está
tardando Panini). La conclusión, es que no hay color entre una y otra y que la
nueva, con mayor número de páginas e interrelacionada con casi todas las
colecciones de Marvel, sale bastante mal parada en la comparación lo que
significa una vez más la involución que en muchos aspectos ha vivido el
género superheroico.
Un redimido Magneto se ha
unido a sus antiguos rivales de la Patrulla X. Cuando los restos de su antigua
base en un meteorito caen a la Tierra, Magneto decide intentar recuperar la
tecnología que encuentre en ellos. Sin embargo, lo que no prevé es que tras sus
pasos van tanto los Vengadores que quieren que vuelva a ser juzgado por una
Corte Internacional como los Supersoldados Soviéticos que pretenden aplicar la
sentencia que un tribunal soviético ha aplicado por sus crímenes contra la URSS
(hundió un submarino y masacró una ciudad). Magneto cae así en una encerrona
internacional para detenerle en la que solo contará con el apoyo de sus nuevos
camaradas mutantes mientras él mismo intenta aclarar si le merece la pena la
redención o seguir su carrera como mesias mutante.
En fin, Roger Stern,
probablemente uno de los mejores y más infravalorados guionistas que han
trabajado para Marvel, desarrolla una historia llena de acción y
entretenimiento en la que todos las decisiones están motivadas de un modo u
otro, todos los personajes mantienen su coherencia y cuentan con su dosis de
protagonismo y,.además, permite el lucimiento de un Marc Silvestri que
demuestra ser mejor dibujante de lo que luego ha sido considerado, aun cuando el
entintado de Josef Rubinstein no fuese precisamente el que más le beneficiase.
Y lo más curioso además es que parece ser que
Stern tenía planificado un final más cerrado para la historia en la que
Magneto, que se pasa buena parte de la historia decidiendo si continua apostando por la colaboración con los humanos
o vuelve a retomar su carrera terrorista, habría optado por la segunda opción.
Sin embargo, como esa decisión desbarataba buena parte de los planes que el guionista de las series
mutantes, Chris Claremont, tenía pensado para el personaje lo modificó para
desarrollar un final algo más abierto y embarullado pero que en mi opinión
resulta ideal para la historia.
Comparar una serie con otra
es una demostración patente de cómo se han simplificado los cómics de
superhéroes en las últimas décadas en pos a una supuesta espectacularidad que
se puede lograr de diversas formas sin tener que sacrificar necesariamente la
narración ni minimizar al extremo la labor del guionista. De este modo, la
historia ideada por Stern no tiene nada que envidiar a la del actual Bullpen
marvelita y además resulta coherente con el comportamiento de los distintos
personajes sin necesidad de forzarlos hasta el absurdo.
En fin, espero que Panini
reedite pronto este clásico para que todos podáis comparar lo que un único
guionista conocedor de su oficio es capaz de hilvanar sin insultar la inteligencia
de sus lectores. Y es que siempre merece la pena releer los clásicos.