Leído el primer arco argumental de la nueva serie de Conan de la que ya comentamos algo por
aquí, “
Conan, El Cimmerio”, que incluye los primeros siete primeros números publicados por
Planeta, podemos profundizar un poco más allá del tono y la calidad de la serie publicada por
Dark Horse.
En este arco argumental, nos encontramos con un Conan que regresa tras sus primeros viajes (narrados en “
Conan, la leyenda”) a su Cimmeria natal en pleno invierno. En el desarrollo del viaje, se encontrará con su primer amor, una bella y salvaje cimmeria que fue entregada en prenda de una titubeante tregua al jefe de los vanires y que ahora huye de vuelta a su tribu tras descubrir que está embarazada del hijo del jefe cimmerio (quién por otro lado fue el que se cargó la tregua anterior). Conan ayudará a la muchacha a escapar de los vanires y sus sobrenaturales aliados al tiempo que los rescoldos del antiguo amor parecen revivir.
Tengo que decir que me ha entretenido bastante esta historia que reúne todos los elementos que se pueden esperar en una historia de Conan, aderezado por algo que en la mayor parte de los tebeos
Marvel del personaje fallaba, el cuidado de la ambientación. En ese sentido, la historia construida por
Truman supuestamente inspirada libremente en “
El hombre oscuro” howardiano y por extensión en la clásica “
La noche del dios negro” de
Roy Thomas, Gil Kane y
Neal Adams (aunque francamente yo le veo pocas similitudes) describe perfectamente las diferencias entre los distintos pueblos del norte –cimmerios, vanires y aesires- al tiempo que realiza una cuidada caracterización de los distintos personajes y sus reacciones no dejando nada al azar. Los elementos fantásticos aunque tienen un peso importante en la historia son introducidos en su dosis justa para que encuentren su justificación dentro de la historia. Aparte de la labor de un sólido
Truman que hilvana con habilidad la historia principal protagonizada por Conan con los flashbacks en que se introducen las aventuras de su abuelo Connatch, hay que destacar a un
Tomás Giorello que confirma su calidad mostrándose como un gran excelente narrador capaz de dar un toque propio a su enfoque de las aventuras de Conan. Sin embargo, el gran reclamo es la labor de un
Richard Corben que se encuentra muy a gusto ilustrando las aventuras de Connatch que realmente parecen hechas a su medida y encuentra un buen aliado en
José Villarrubia quién sabe ajustar su labor para realzar los lápices del de Missouri.
En fin, que a mí me ha convencido y entretenido “
Conan, el cimmerio” y tengo curiosidad por leer el nuevo arco argumental en el que se ofrecerá una nueva versión de “
El coloso negro”. Sin embargo, a la edición de
Planeta hay que ponerle el único defecto de su elevado precio que hará que muchos potenciales compradores se lo piensen dos veces.