Dentro
del amplio tratamiento que está teniendo la Guerra Civil Española en el Cómic patrio, ha generado muchas expectativas una de
las últimas obras aparecidas, avalada por la autoría del veterano
autor valenciano Sento Llobell (no deja de resultar interesante y destacable como en
historias localizadas en el período de la Guerra Civil autores como Sento Llobell o Kim y Altarriba con su
“El Arte de Volar” han encontrado una nueva motivación creativa) y certificada
por haber recibido el premio Fnac-Sins Entido 2013. Y a pesar de esos méritos "Un médico novato" no ha acabado de parecerme un cómic redondo.
En “Un Médico Novato”, Sento nos cuenta las
experiencias de un pariente suyo Pablo Uriel durante 1936 cuando, tras
licenciarse en medicina en Zaragoza, empieza a ejercer la carrera en un pueblo
de La
Rioja como sustituto
del médico titular. Durante su estancia en el pueblo estalla la Guerra y Pablo asiste a los primeros desmanes de los
requetés franquistas y, tras regresar a Zaragoza, es confinado en prisión
debido a su afiliación a un partido de Izquierdas, desde donde volverá a ser
testigo de la política de terror de los franquistas.
“Un Médico
Novato” es unacorrecta historia de corte costumbrista que tiene como telón de fondo la Guerra Civil Española ensalzando las intrahistorias de los que la
vivieron de un modo u otro en primera mano. De este modo, Sento construye un
cómic correcto y quizás demasiado agradable de leer y deja en el lector la sensación que la verdadera
historia se desarrolla más allá de la amable visión de las desventuras del
médico novato que construye Sento a través de su elegante y estilizado dibujo quien con aparente facilidad construye una historia lineal y sencilla que no acaba de epatar
ni transmitir la carga dramática al lector que en mi opinión precisaría.
Quizás
al tratarse el protagonista de la historia del suegro del autor reste a este libertad en su
caracterización psicológica y profundización en su posicionamiento en el conflicto con lo que no llega a
trasmitirse totalmente la tensión psicológica que debió padecer durante su confinamiento y la historia acaba
convirtiéndose en una sucesión de episodios anecdóticos demasiado amablemente tratados.
Donde
brilla Sento es en el dibujo no solo por la soltura y belleza de su elegante
trazo evocador de un clásico norteamericano como Peter Arno sino además por el
tratamiento de la historia a partir de un falso blanco y negro embellecido por
voladuras de color que resaltan siluetas y trazos reforzando el dibujo y
guiando el ojo del lector sobria pero eficazmente.
“Un
médico novato” no es ni una denuncia ni una crónica de la guerra civil,
sino más bien un incómodo episodio en la vida de una persona que por azar tuvo lugar en
aquel período y que tampoco aparentemente le marcara especialmente gracias al elegante dibujo de
Sento. Que sea ese el efecto buscado solo el autor lo salve. Esperemos que si
la obra tiene una continuación queden más claras las intenciones del autor y sea más palpable la evolución del protagonista.