Lo bueno de comentar un estreno que ha levantado tanta expectación como “
Batman: El Caballero Oscuro” pasadas unas semanas es que da tiempo a que todos los interesados la vean y puedan opinar y asumir cierto distanciamiento para no dejarse llevar por el entusiasmo babeante al que muchos –yo, el primero- somos tan proclives cuando vemos una buena adaptación de uno de nuestros héroes favoritos. Sin embargo, pasadas las semanas y meditado sobre el asunto, pocos peros (ninguno, en realidad) se me ocurre ponerle a “
El Caballero Oscuro”, una película redonda en la que
Nolan demuestra a todas aquellas mentes pequeñas que despotricaban años ha sobre la imposibilidad de contar “grandes historias adultas” en el incipiente género superheroico por considerarlo nicho para niños, tardoadolescentes y débiles mentales que nada es imposible si se cuenta con ganas, dinero e ideas, en una película que está llamada a ser considerada, dentro de unos años, la que marque un punto de inflexión dentro del género.
“
Batman” como franquicia cinematográfica no ha sido de las que peor paradas ha salido en su paso del cómic a la gran pantalla.
Tim Burton realizó un brillante trabajo en las dos primeras películas que realizara en los noventa aunque no tuviera continuación en las siguientes entregas dirigidas por
Joe Schumacher, bastante discretas con lo que la franquicia languideció hasta que el joven y talentoso
Christopher Nolan asumió el reto de recuperarla, sin tener en cuenta lo realizado por los anteriores. Ya en “
Batman Begins”,
Nolan introdujo buena parte de las características que han hecho de su Batman un personaje al gusto del espectador cinematográfico poco aficionado a los cómics sin por ello traicionar las exigencias de los más acérrimos seguidores del personaje, pero es en este “Caballero Oscuro” profundiza en la idiosincrasia del personaje y marca el camino a seguir en el futuro a partir de un excelente guión del que es coautor junto a su hermano
Jonathan.
Empapándose e inspirándose sin complejos en las historias y los autores, de
Miller a
Brubaker pasando por
Loeb, que a lo largo de los ochenta y noventa han conformado la identidad y el perfil actual del personaje en los cómics,
Nolan desarrolla su propia versión del universo batmaniano adaptándola al medio, el cine, que domina y el registro que mejor controla , el “
thriller” oscuro y psicológico, como ya demostrase en la genial y esquizofrénica “
Memento”, preocupándose especialmente por dejar claras las motivaciones y reacciones de los personajes, dotándoles de una hondura muy poco frecuente en el cine de entretenimiento actual al tiempo que la carga dramática a la historia va creciendo en tensión e interés a lo largo de sus más de dos horas y media de duración hasta su impactante y poco predecible final en el que la pirrica victoria del “héroe” sólo sirve de prolegómeno a una tercera entrega que ya espero frotándome las manos.
Toda la trama orquestada por Nolan se sustenta en el triángulo formado por Batman-Dos Caras-El Joker, tres caras de una misma locura, que
Nolan describe con brillantez y sabia dosificación apoyándose en el gran trabajo de los actores que los encarnan,
Christian Bale-Aaron Eekhart-Heath Ledger, sin por ello eclipsar el trabajo del resto de un reparto que derrocha talento y compromiso en cada escena, encabezado por rutilantes nombres como
Morgan Freeman, Michael Caine o Gary Oldman, cada uno una estrella en sí misma por nómina y carisma que en esta cinta adoptan roles secundarios con una profesionalidad encomiable. Sin embargo, dentro del reparto hay que destacar de manera especial al finado
Heath Ledger quién logra en su recreación de El Joker retratar toda la compleja riqueza de la personalidad del personaje en una interpretación que logra hacer olvidar a la de
Nicholson.
A pesar de toda esa riqueza a la hora de retratar a los personajes y sus motivaciones,
Nolan en ningún momento se olvida que está dirigiendo un producto de entretenimiento para todos los públicos por lo que desde un enfoque “realista” de la historia sabe dotarla de una enorme espectacularidad basada en unas escenas de acción y
gadget más cercanos a las películas de Bond que a los cómics del Murciélago que contentarán a los amantes de las emociones fuertes pero sin ofrecer en este sentido concesiones a la galería y quedando cada una de ellas perfectamente incorporada al nudo de la trama.
En definitiva, una excelente película que deja anonadado al espectador y gustará a todo aquél que guste de disfrutar del buen cine de entretenimiento, adulto y sin papanatismos. Me temo que
Nolan muestra el camino pero habrá pocos dispuesto a seguirlo.