Era tal la importancia de esta publicación -220.000 ejemplares en uno de sus mejores años- y su implantación en la cultura popular de los años treinta a sesenta tal que dio lugar a la frase del título que todos hemos usado alguna vez.
Ahora se anuncia nuevo coleccionable y uno no puede más que reiterar todo lo que ya se ha dicho aquí hace pocos días.
Que se vea de nuevo el TBO y a sus grades autores en los kioscos. Pero, no solo que se les vea sino que se les lea y se les aprecie merced a una selección cuidada, comentada y contextualizada para que los nuevos lectores y aficionados puedan apreciarlos y que haga que merezca la pena seguirla más allá del aluvión de la “oferta de lanzamiento”.
De otro modo, esto es disparar balas de fogueo.