Aleta Ediciones publica el
relanzamiento de “Prophet”, una obra que nace con el prejuicio de ser una de las
creaciones que el inefable Rob Liefeld realizase para sus “Youngblood”, pero
que gracias al boca oreja ha despertado mi curiosidad.
En un futuro lejano, John
Prophet, un soldado alterado genéticamente, despierta de su sueño criogénico para cumplir la misión que tiempo
atrás le fuese implantada que no es otra que la de revitalizar en una Tierra
habitada por distintas civilizaciones alienígenas y seres mutados la semilla que revitalizará el otrora
imponente Imperio Terrestre. Pero, la cosa no acaba ahí, pues en cientos de
mundos otros tantos clones del Prophet original despiertan para llevar a cabo
parecidas misiones.
El tomo con el que inicia la publicación de la serie Aleta
comprende del número 21 a 26 de la numeración norteamericana aunque realmente
en Estados Unidos esta numeración es artificial ya que agrupa varias series, miniseries y
especiales dispersos en el tiempo con lo que realmente podemos considerar este relanzamiento el punto de partida de la serie con una redefinición del personaje por
parte de Brandon Graham que guarda pocas conexiones con la propuesta original
de Liefeld.
Dicho esto, “Prophet” es una
entretenida propuesta de Ciencia Ficción más hard como hacía décadas que se echaba
a faltar en el cómic de género norteamericano y que será recibida con agrado
especialmente por los aficionados a este género. Y es que Graham no se ha comido la
cabeza y ha formulado una sencilla y ecléctica trama que resuelve con oficio y ganas,
especialmente en el primer arco argumental de tres números en el que de algún
modo logra sorprender al lector desprevenido. El resto de las historias desarrolladas en el resto del volumen abusan de la misma fórmula base aportando pocas variaciones aun
cuando la idea continua siendo suficientemente novedosa y Graham maneja
suficientemente bien la fórmula argumental que ha ideado como para que se lea con agrado.
Graham ha sabido adaptar una
trama tan vieja como el género – la del explorador espacial conquistador de un
planeta hostil que ya Burroughs explotara con otro John, en este caso
Carter y que han explotado con éxito en el Cómic desde Moebius con el lirismo poético de Arzak hasta Corben con su contudente "Den" - adaptándolo a la narración febril y la estructura formal de los
storyboards de las videoconsolas, con lo que la historia se reinventa una y otra
vez con cada nuevo arco argumental, cambiando solo el escenario fantástico en el que el protagonista John Prophet
se las ve tiesas con los aliens hostiles convirtiendo cada número en una nueva
fase a superar de un scroll infinito. Y, a pesar de este planteamiento tan simple y la
pobre personalidad del personaje protagonista, la obra se disfruta –bueno, a mí me gusta
la Ciencia Ficción Hard y eso cuenta, eh- gracias a la imaginación que Graham
vierte en la descripción de los distintos mundos fantásticos en los que se
desarrollan las aventuras de los distintos prophets y a las constantes
referencias más o menos implícitas a diversos y variopintos cómics de género
desde los universos exquisitamente fantásticos del setentero “Metal Hurlant”, a la vistosidad plástica de la ochetera “Akira”
de Otomo hasta el escatológismo independiente del contemporáeo “Pudridero” de Johnny Ryan.
Graham hábilmente sabe asimilar todas esas
referencias tan varadas y las regurgita para ofrecer un producto nuevo inferior a sus referentes pero apto para los
patrones conocidos de los lectores más aferrados a las fórmulas
mainstream.
Quizás donde el tomo sorprende
más es en la labor gráfico consecuencia de la ausencia de un dibujante fijo y
la presencia de un variopinto elenco de artistas, aportando cada uno su propia
versión del personaje tributaria de distintas escuelas lo que por un lado lo enriquece aunque por otro lo torna
algo ambiguo y desconcertante. De este modo, tras el oficio desplegado en el primer arco de tres números dibujado por Simon Roy, Farrell Darlymple le otorga a la serie en su cuarto número una ecléctica atmósfera tributaria tanto de la obra de Corben como del cómic europeo de Ciencia Ficción de los Humanoïdes Asocciés. En el quinto número, es el propio Graham quién toma los lápices para construir una historia tributaria de los mundos gráficos de Moebius y en el sexto Giannis Milonogianni se marca una historia emparentada directamente con el manga y el anime. Me gustaría destacar especialmente la historia corta
dibujada por Emma Ríos en la que aporta secuenciación narrativa moderna y experimental en
la línea de los trabajos de Quitely o Kago.
En fin, “Prophet” es un buen
cómic de ciencia ficción, probablemente de los mejores que he leído
últimamente, ya que alejado de excesivas pretensiones cumple con sus objetivos
de ofrecer un rato de evasión y entretenimiento. Eso sí, no estaría de más que
en futuros números y fijado ya el concepto Graham emprenda tramas algo más
ambiciosas y sorprendentes para que la serie aguante.
Es verdad que repite el mismo esquema, pero me ha encantado la propuesta. No había leído la serie original, pero viniendo de quien viene ya se puede intuir que el cambio ha sido radical y valiente. A ver cómo sigue la serie, pero de momento tiene muy buena pinta...
ResponderEliminarJuan,
ResponderEliminarEn realidad, toma algunas de las características iniciales del personaje y las catapulta al futuro para contar algo diferente. Sí, de momento el arranque promete.
Impacientes Saludos.